Metodología de aprendizaje en otros países. Modelos de escuela.

La preocupación sobre la manera adecuada en la que aprenden los niños en la escuela se ha ido incrementando con el paso de los años. El desarrollo de las nuevas tecnologías ha tenido como consecuencia la incorporación de herramientas y métodos de enseñanza que, en ocasiones, provocan entre los docentes inseguridad por adaptarse a la novedad que esto implica.  El debate sobre si el sistema educativo es el adecuado sigue abierto y las opiniones son diversas.

 El sistema educativo en nuestro país es obligatorio desde los 6 hasta los 16 años y está dividido en diferentes periodos:

  • Educación infantil (preescolar): Se divide en dos ciclos, el primero comprende las edades entre 0 y 3 años de edad y el segundo entre 3 y 6 años de edad.
  • Educación primaria: Es el comienzo de la educación obligatoria. La escuela primaria se compone de 6 cursos académicos de los 6 a los 12 años.
  • Educación secundaria: Después de la escuela primaria en España los estudiantes deben continuar con la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que generalmente dura de los 12 a los 16 años de edad.
  • Bachillerato: El Bachillerato no forma parte de la enseñanza obligatoria, consiste en un ciclo de dos cursos académicos para estudiantes de 16-18 años de edad.

En cada una de estas etapas el niño adquiere los conocimientos que se consideran acordes con su desarrollo cerebral y cognitivo, pero ¿es beneficioso este método para todos los alumnos?, ¿alcanzan todos los objetivos planteados de la misma forma? Para muchos esta metodología es la adecuada, para otros existe una carencia en cuanto al trato individualizado de los alumnos o la adquisición de autonomía que podrían alcanzar utilizando otras técnicas. No obstante, son muchas las escuelas que hasta la fecha han añadido cambios a su método de enseñanza tratando de ajustarse a las necesidades de los alumnos.

¿Utilizan otros países las mismas metodologías? ¿Sería positivo introducir cambios en el sistema educativo tomando ideas de otros sistemas? Estas son preguntas frecuentes que nos hacemos y a las que muchas veces no logramos contestar. Los métodos de aprendizaje utilizados en escuelas de otros países habitualmente difieren de los utilizados en nuestro país. Puede resultar interesante incorporar algunos de los métodos atendiendo a ciertas limitaciones; debemos ajustarnos a cada alumno y escuela teniendo en  cuenta el presupuesto económico  de  cada  centro, intentando  aprovechar la  posible concesión  de becas o  ayudas que  se puedan obtener, por otra parte debemos aprovechar al máximo las instalaciones de las escuelas utilizando todos aquellos espacios que tengan disponibles, con el  fin de evitar gastos  adicionales. A continuación se presentan algunas de las metodologías utilizadas en países como Finlandia, considerada por organismos educativos como una de las mejores de Europa.

Desde que la OCDE comenzara en el año 2000 a elaborar su informe PISA, Finlandia ha permanecido dentro de los primeros puestos del podio en Europa por su nivel educativo. Durante los primeros seis años de la educación primaria los niños tienen en todas, o en la mayoría de las asignaturas, el mismo maestro. Él es el principal responsable de qué ningún alumno quede excluido. Hasta 5º no hay calificaciones numéricas, de esta manera se pretende disminuir la competencia y las comparaciones entre los alumnos.  «El éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines…)», explica el psicólogo escolar y entonces director del colegio Claret de Barcelona, Javier Melgarejo. Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada. «Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela» y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio. Las claves del éxito de la educación Finlandesa se fundamentan en diversos aspectos:

  1. Cada uno de los alumnos es importante. Un alumno feliz, con libertad para progresar a su ritmo conforme a su desarrollo tendrá más facilidad para adquirir los conocimientos fundamentales.
  2. Crear un ambiente agradable y cálido: Es importante que los alumnos se encuentren cómodos en su lugar de trabajo, el tamaño tanto del colegio como de las clases no es muy grande (300-400 alumnos en total). Las relaciones entre profesor y alumno están basadas en el respeto y la confianza, con un seguimiento lo más individualizado posible para cada alumno. Uno de los criterios que consideran de vital importancia es la autoevaluación, el sentimiento que tienen los propios alumnos de poder ser ellos mismos en toda circunstancia. De hecho, nos impresiona, al circular por los establecimientos, la libertad de movimiento de los alumnos, lo que por otra parte no excluye, de modo alguno, una sorprendente autodisciplina.
  3. Ritmos de aprendizaje adaptados a los niños.  A partir de 7 años los niños comienzan normalmente el aprendizaje de la lectura. Antes de esto, en el jardín de infancia  (de 1 a 6 años) y en la educación preescolar (de 6 a 7 años) se pretende sobre todo despertar las aptitudes de los niños, sus habilidades, su curiosidad. Cada día es dedicado a una disciplina (música, deporte, actividades manuales o artísticas, lengua materna, matemáticas) pero los niños trabajan solamente durante la mañana, siempre de manera muy atractiva. La tarde es reservada al juego.
  4. Una detección precoz de las desventajas y desordenes del aprendizaje y uso de las ayudas específicas.  Con el fin de poder adaptarse lo mejor posible a las necesidades de cada niño, los finlandeses tienen establecida una detección precoz y sistemática de los desordenes del aprendizaje y de desventajas diversas. Profesores especializados están igualmente presentes en todos los colegios de secundaria con el fin de brindar una ayuda orientada a los alumnos que tienen dificultades en alguna parte uno u otro curso.

Estas claves de la metodología finlandesa hacen hincapié en centrar la atención en el alumno y no en los objetivos académicos, la motivación a la hora de enseñar y un conocimiento por parte de los docentes sobre el desarrollo cerebral y cognitivo.

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